L.A.I.A. es una organización sin ánimo de lucro, que busca mejorar la comunidad creando espacios para la expresión y el entendimiento en las distintas ciudades con mayor diversidad étnica y cultural del mundo, creemos en la importancia de la integración para el crecimiento del individuo, la familia y la comunidad; y el Arte y la Cultura son los medios perfectos para lograrlo.
POR GENTILEZA DE UNA GRAN AMIGA Y MEJOR MUJER, MÓNICA IVULICH, ESTAMOS PRESENTANDO L.A.I.A. ARGENTINA, QUE SE ACOPLA , A LAS SEDES QUE ESTAN TRABAJANDO EN LATINOAMÉRICA Y EUROPA - ( en EEUU CLIKEA EN :http://jurukan.wixsite.com/laia ), O Latin American Intercultural Alliance EN FACE BOOCK, PARA VER LA DE ESPAÑA CLIKEA : Laiaes España Intercultural )
"Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen."( Mónica Ivulich)
UNION, TOLERANCIA Y PAZ
AGRADECEMOS A LA SRA. GRABRIELA ARIAS URIBURU POR ACEPTAR EL MADRINAZGO DE ESTA SEDE ARGENTINA!
FUNDADORA DE L.A.I.A. ARG . SRA. MARTA RODRIGUEZ
15-5937-0502
TODAS LAS RAZAS, TODOS LOS CREDOS...
coronavirus 2020
viernes, 22 de febrero de 2013
Los 10 alimentos "quemagrasa"
Mucho se habla sobre sus propiedades pero poco se sabe efectivamente sobre
ellos. ¿Cómo funcionan? ¿Realmente nos ayudan a adelgazar? ¿Cómo y cuándo
debemos consumirlos? Del milagro a la realidad, las respuestas en esta nota.
El nombre llama la atención: alimentos “quemagrasa”. Pero… ¿Cuánto hay de verdad en esto? Poco. En realidad, lo que ellos hacen es ayudar a una buena digestión, acelerar el metabolismo y evitar la retención de líquidos. La idea es incluirlos en nuestra dieta, sin caer en excesos y recordando, siempre, que el secreto está en comer de todo, variado y en porciones medidas.
El Top 10
-Chocolate amargo. Además de tener una gran cantidad de antioxidantes y no incluir azúcar en su composición, lo más importante es que posee grasas monoinsaturadas que ayudan y generan una sensación de saciedad que se prolonga en el tiempo.
-Lechuga. Verdura de hoja verde por excelencia, es un infaltable de toda ensalada. Además de ser diurética, esta hortaliza es una gran fuente de hierro y fibras.
-Lácteos descremados. Si bien los lácteos generan polémica y opiniones encontradas, tanto las proteínas como el calcio que aportan a nuestro menú cotidiano son una gran ayuda para acelerar el funcionamiento del metabolismo.
-La Vitamina C. Presente en los cítricos, el kiwi y el morrón, mejora el sistema inmune, baja los niveles de insulina de manera natural y ayuda al cuerpo a quemar calorías.
-Cereales. Es fundamental incluirlos en nuestro menú ya que son una gran fuente de energía y colaboran en la reducción de grasa al realizar actividad física. Además, son esenciales a la hora de bajar el nivel de colesterol.
-Apio. Más allá de ser un excelente afrodisíaco, el apio es un excelente diurético.
-Remolacha. Es desintoxicante y depurativa.
-Ajo y cebolla. ¡Olvidate del mal aliento! Estos alimentos son excelentes para activar la circulación y regular la glucemia.
-Pescado. Es el alimento más rico en ácidos grasos Omega 3, esenciales para regular el nivel de colesterol y agilizar el funcionamiento del organismo.
-Frutas. En especial las que tienen pectina, como la uva o la manzana. El tipo de fibra que aportan colabora en brindar sensación de saciedad y eliminar toxinas.
El nombre llama la atención: alimentos “quemagrasa”. Pero… ¿Cuánto hay de verdad en esto? Poco. En realidad, lo que ellos hacen es ayudar a una buena digestión, acelerar el metabolismo y evitar la retención de líquidos. La idea es incluirlos en nuestra dieta, sin caer en excesos y recordando, siempre, que el secreto está en comer de todo, variado y en porciones medidas.
El Top 10
-Chocolate amargo. Además de tener una gran cantidad de antioxidantes y no incluir azúcar en su composición, lo más importante es que posee grasas monoinsaturadas que ayudan y generan una sensación de saciedad que se prolonga en el tiempo.
-Lechuga. Verdura de hoja verde por excelencia, es un infaltable de toda ensalada. Además de ser diurética, esta hortaliza es una gran fuente de hierro y fibras.
-Lácteos descremados. Si bien los lácteos generan polémica y opiniones encontradas, tanto las proteínas como el calcio que aportan a nuestro menú cotidiano son una gran ayuda para acelerar el funcionamiento del metabolismo.
-La Vitamina C. Presente en los cítricos, el kiwi y el morrón, mejora el sistema inmune, baja los niveles de insulina de manera natural y ayuda al cuerpo a quemar calorías.
-Cereales. Es fundamental incluirlos en nuestro menú ya que son una gran fuente de energía y colaboran en la reducción de grasa al realizar actividad física. Además, son esenciales a la hora de bajar el nivel de colesterol.
-Apio. Más allá de ser un excelente afrodisíaco, el apio es un excelente diurético.
-Remolacha. Es desintoxicante y depurativa.
-Ajo y cebolla. ¡Olvidate del mal aliento! Estos alimentos son excelentes para activar la circulación y regular la glucemia.
-Pescado. Es el alimento más rico en ácidos grasos Omega 3, esenciales para regular el nivel de colesterol y agilizar el funcionamiento del organismo.
-Frutas. En especial las que tienen pectina, como la uva o la manzana. El tipo de fibra que aportan colabora en brindar sensación de saciedad y eliminar toxinas.
Ser padres y hippies
Por JULIETA ROFFO
Una filosofía de vida que puede hacer ebullición durante la adolescencia y la
juventud plantea la pregunta de si continuar por ese camino cuando ya incluye a
los hijos.
La Guerra de Vietnam terminó hace décadas y el “Flower Power” es una consigna
que ya no se lee en los carteles de ninguna manifestación. Sin embargo, la
influencia del movimiento hippie, tan popular y fuerte durante los años sesenta
y setenta, aún se filtra en la sociedad, en estéticas, en elecciones de vida y
también en la forma en que se establecen los vínculos al interior de las
familias.
Las ideas de libertad y apertura que aquellos jóvenes de hace
medio siglo postularon revolucionariamente, con epicentro en Estados Unidos pero
también a escala global, siguen siendo centrales en las vidas de muchos. Uno de
ellos es Facundo Horta, de 33 años, que junto a su compañera Natalia y a Nehuén
y Laila, sus dos hijos, vive en Saavedra en una casa que su abuelo le heredó.
Facundo y Natalia, que se conocieron estudiando Sociología y que trabajan él
como investigador y ella como docente, siempre se pensaron “un poco hippies”,
según explica él.
“Las lecturas sobre cómo el movimiento hippie sacudió
a la sociedad también me movilizaron a mí, siempre me pareció interesante.
Cuando sos adolescente puede ser una ‘pose’, a través de la ropa, de la música,
de hacer algunas artesanías y venderlas con un amigo en una plaza”, cuenta
Facundo, y agrega: “Cuando conocí a Natalia sentí que esa filosofía de apertura,
de contacto con la Naturaleza, nos atravesaba a los dos”.
La prueba de
fuego llegó hace 6 años, cuando nació Nehuén, su primer hijo: “Ahí tenés que
tomar una decisión que ya implicará a otra persona, ver si lo involucrás en una
manera de vivir que ese bebé no está eligiendo, sino que vos elegís por él”,
reflexiona Natalia. Tener a su bebé en su casa, y no en un hospital, fue el
punto de partida de ese camino. Desde muy chico Nehuén transcurriría más tiempo
en el jardín de la casa de Saavedra que en ningún otro lado: la huerta orgánica
que sus padres mantienen allí sería un primer vehículo para acercarlo al
contacto con la tierra, su producción y sus ciclos naturales. “Enseguida
entendió que había que trabajar la huerta para obtener frutos, sin apurar el
procedimiento, y disfrutando de eso que luego cosechamos, pero cuidando mucho
cada plantación; él mismo le enseñó a Laila – que está por cumplir 4 años- cómo
manejarse en ese espacio casi sagrado de la casa”, cuenta con orgullo Facundo.
Nehuén empezó a asistir a un jardín de infantes en sala de 4 años, y
Laila empezará en algunos días: “Les enseñamos muchas cosas en casa, ayuda que
Natalia sea docente, pero los dos nos damos maña. La mesa en la que los dos
juegan la construimos entre todos, y tenemos la casa llena de pizarrones para
que dibujen, además de muchos juguetes que vamos improvisando y que sobre todo
rescatan la creatividad de los chicos”, sostiene Facundo.
Ambos padres
coinciden en que la integración en el jardín de infantes –aunque buscaron uno en
el que los juegos creativos, artísticos y vinculados al aire libre fueran
prioritarios- no fue del todo fácil: “Nehuén estaba acostumbrado a que se le
respetaran mucho sus deseos de juego, de descanso, incluso de trabajo en la
huerta, y en el jardín hay que contemplar el deseo de todos pero también la
disciplina”, dice Natalia que, aunque reniega un poco de esa imposición de
comportamiento, sabe que sus dos hijos la necesitan para desenvolverse en la
sociedad. “Fue importante seguir respetando esos deseos en casa, que ellos se
manejen según sus ganas, para no desentonar con la manera en la que los veníamos
criando; aquí son todo lo libres que pueden ser, y afuera buscamos instituciones
que apunten a eso, aunque sabemos que nunca es total”, dice Facundo. Para él, la
clave está en la comunicación: sus hijos desde chicos supieron que, por más que
sus padres son orientadores, todo es conversable, discutible, debatible. “Es
importante que desde que son pequeños, aprendan la importancia de manifestar lo
que quieren y sienten, siempre que cuiden a su interlocutor, eso los hace
libres, no les cierra la cabeza”, dice Facundo, y agrega: “En mi casa había que
hacer lo que mi papá decía, a la hora que él lo decía, sin posibilidad de
negociar, de contemplar lo que todos queríamos, y eso cercena tu creatividad, tu
libertad, tus ganas de ser activo en tu mundo, para mi casa elegimos un modelo
diferente, y cuando veo a mis hijos hablarnos de ellos, de cómo se sienten,
tengo la convicción de que funciona”, manifiesta.
Sin darle la espalda
al funcionamiento más tradicional de la sociedad, hay quienes eligen regir sus
vidas por carriles alternativos, y la llegada de los hijos implica hacerlos
caminar por allí también.
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