L.A.I.A. es una organización sin ánimo de lucro, que busca mejorar la comunidad creando espacios para la expresión y el entendimiento en las distintas ciudades con mayor diversidad étnica y cultural del mundo, creemos en la importancia de la integración para el crecimiento del individuo, la familia y la comunidad; y el Arte y la Cultura son los medios perfectos para lograrlo.

POR GENTILEZA DE UNA GRAN AMIGA Y MEJOR MUJER, MÓNICA IVULICH, ESTAMOS PRESENTANDO L.A.I.A. ARGENTINA, QUE SE ACOPLA , A LAS SEDES QUE ESTAN TRABAJANDO EN LATINOAMÉRICA Y EUROPA
- ( en EEUU CLIKEA EN :http://jurukan.wixsite.com/laia ), O Latin American Intercultural Alliance EN FACE BOOCK, PARA VER LA DE ESPAÑA CLIKEA : Laiaes España Intercultural )





"Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen."( Mónica Ivulich)

UNION, TOLERANCIA Y PAZ

AGRADECEMOS A LA SRA. GRABRIELA ARIAS URIBURU POR ACEPTAR EL MADRINAZGO DE ESTA SEDE ARGENTINA!



FUNDADORA DE L.A.I.A. ARG . SRA. MARTA RODRIGUEZ
15-5937-0502

TODAS LAS RAZAS, TODOS LOS CREDOS...

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coronavirus 2020

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COVID*19

domingo, 12 de agosto de 2012

Sobrevivientes 

En América latina, los niños y los adolescentes suman casi la mitad de la población total. La mitad de esa mitad vive en la miseria. Sobrevivientes: en América latina mueren cien niños, cada hora, por hambre o enfermedad curable, pero hay cada vez más niños pobres en las calles y en los campos de esta región que fabrica pobres y prohíbe la pobreza. Niños son, en su mayoría, los pobres; y pobres son, en su mayoría, los niños. Y entre todos los rehenes del sistema, ellos son los que peor la pasan. La sociedad los exprime, los vigila, los castiga, a veces los mata: casi nunca los escucha, jamás los comprende.

Esos niños, hijos de gente que trabaja salteado o que no tiene trabajo ni lugar en el mundo, están obligados, desde muy temprano, a vivir al servicio de cualquier actividad ganapán, deslomándose a cambio de la comida, o de poco más, todo a lo largo y a lo ancho del mapa del mundo. Después de aprender a caminar, aprenden cuáles son las recompensas que se otorgan a los pobres que se portan bien: ellos, y ellas, son la mano de obra gratuita de los talleres, las tiendas y las cantinas caseras, o son la mano de obra a precio de ganga de las industrias de exportación que fabrican ropa deportiva para las grandes empresas multinacionales.

En los basurales de la ciudad de México, Manila o Lagos, juntan vidrios, latas y papeles, y disputan los restos de comida con los buitres; se sumergen en el mar de Java, buscando perlas; persiguen diamantes en las minas del Congo; son topos en las galerías de las minas del Perú, imprescindibles por su corta estatura, y cuando sus pulmones no dan más, van a parar a los cementerios clandestinos; cosechan café en Colombia y en Tanzania, y se envenenan con los pesticidas; se envenenan con los pesticidas en las plantaciones de algodón de Guatemala y en las bananeras de Honduras; en Malasia recogen la leche de los árboles del caucho, en jornadas de trabaio que se extienden de estrella a estrella; tienden vías de ferrocarril en Birmania; al norte de la India se derriten en los hornos de vidrio, y al sur en los hornos de ladrillos; en Bangladesh, desempeñan más de trescientas ocupaciones diferentes, con salarios que oscilan entre la nada y la casi nada por cada día de nunca acabar; corren carreras de camellos para los emires árabes y son jine tes pastores en las estancias del río de la Plata; en Port-au-Prince, Colombo, Jakarta o Recife sirven la mesa del amo, a cambio del derecho de comer lo que de la mesa cae; venden fruta en los mercados de Bogotá y venden chicles en los autobuses de San Pablo; limpian parabrisas en las esquinas de Lima, Quito o San Salvador; lustran zapatos en las calles de Caracas o Guanajuato; (…) tejen alfombras en Irán, Nepal y en la India, desde antes del amanecer hasta pasada la medianoche, y cuando alguien llega a rescatarlos, preguntan: "¿Es usted mi nuevo amo?"; vendidos a cien dólares por sus padres, se ofrecen en Sudán para labores sexuales o todo trabajo.

La prostitución es el temprano destino de muchas niñas y, en menor medida, también de unos cuantos niños, en el mundo entero.

Por asombroso que parezca, se calcula que hay por lo menos cien mil prostitutas infantiles en los Estados Unidos, según el informe de UNICEF de 1997. Pero es en los burdeles y en las calles del sur del mundo donde trabaja la inmensa mayoría de las víctimas infantiles del comercio sexual. Esta multimillonaria industria, vasta red de traficantes, intermediarios, agentes turísticos y proxenetas, se maneja con escandalosa impunidad.

(…) Son incontables los niños pobres que trabajan, en su casa o afuera, para su familia o para quien sea. En su mayoría, trabajan fuera de la ley y fuera de las estadísticas. ¿Y los demás niños pobres? De los demás, son muchos los que sobran. El mercado no los necesita, ni los necesitará jamás. No son rentables, jamás lo serán. Desde el punto de vista del orden establecido, ellos empiezan robando el aire que respiran y después roban todo lo que encuentran. Entre la cuna y la sepultura, el hambre o las balas suelen interrumpirles el viaje. El mismo sistema productivo que desprecia a los viejos, teme a los niños. La vejez es un fracaso, la infancia es un peligro. Cada vez hay más y más niños marginados que nacen con tendencia al crimen, al decir de algunos especialistas. Ellos integran el sector más amenazante de los excedentes de población. El niño como peligro público, la conducta antisocial del menor en América, es el tema recurrente de los Congresos Panamericanos del Niño, desde hace ya unos cuantos años. Los niños que vienen del campo a la ciudad, y los niños pobres en general, son de conducta potencialmente antisocial, según nos advierten los Congresos desde 1963. Los gobiernos y algunos expertos en el tema comparten la obsesión por los niños enfermos de violencia, orientados al vicio y a la perdición. Cada niño contiene una posible corriente de El Niño, y es preciso prevenir la devastación que puede provocar. En el Primer Congreso Policial Sudamericano, celebrado en Montevideo en 1979, la policía colombiana explicó que "el aumento cada día creciente de la población de menos de dieciocho anos, induce a estimar una mayor población POTENCIALMENTE DELINCUENTE". (Mayúsculas en el documento original.)

En los países latinoamericanos, la hegemonía del mercado está rompiendo los lazos de solidaridad y haciendo trizas el tejido social comunitario. ¿Qué destino tienen los nadies, los dueños de nada, en países donde el derecho de propiedad se está convirtiendo en el único derecho? ¿Y los hijos de los nadies? A muchos, que son cada vez más muchos, el hambre los empuja alrobo, a la mendicidad y a la prostitución; y la sociedad de consumo los insulta ofreciendo lo que niega. Y ellos se vengan lanzándose al asalto, bandas de desesperados unidos por la certeza de la muerte que espera.

De “Patas arriba. La escuela del mundo al revés” (Eduardo Galeano)


PROSTÍBULOS NO DENUNCIADOS!

Protección a prostíbulos: Las mayores causas contra la policías quedan trabadas en la Justicia

Por nulidades, incompetencias o el paso del tiempo, las principales investigaciones terminan en la nada. En 5 megacausas sobre el tema hubo unos 100 policías imputados. Pero ninguna condena.
Sabían que en tres boliches de su jurisdicción se regenteaban mujeres y no lo denunciaron, aunque ése era su deber . Es más, de hecho encubrieron lo que ocurría en esos lugares. Y lo hicieron fraguando actas de control, usando para ello la identidad de personas que nunca supieron que figuraban como testigos en esos documentos .
Esta es la acusación con la que dos fiscales acaban de pedirle a la Justicia que procese a cuatro policías de la Comisaría 38a., del barrio porteño de Flores. Se trata de un comisario, dos subcomisarios y un subinspector que cumplieron funciones en esa seccional entre fines de 2008 y 2009, momento en que se detectaron las irregularidades.
Los cuatro policías (actualmente ex policías) lograron que el pasado 31 de mayo la jueza de Instrucción María Gabriela Lanz les dictara falta de mérito por los delitos de “omisión de denuncia” , “encubrimiento” y “falsificación de instrumento publico” .
La resolución fue apelada por el fiscal de Instrucción Fernando Fiszer y Marcelo Colombo, titular de la Unidad de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de personas (UFASE). Desde el 12 de junio, la cuestión está en estudio en la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones, que citó a las partes recién para el 21 de agosto .
El caso de la Comisaría 38a. parece seguir el mismo camino por el que ya se desbarrancaron otros grandes expedientes que involucraban a policías federales en el lucrativo negocio de la protección a prostíbulos.
A la hora de investigar este tipo emblemático de corrupción policial, los números nunca cierran : en al menos cinco megainvestigaciones, unos 100 policías fueron imputados. Algunos terminaron afuera de la fuerza, pero muy pocos llegaron a ser procesados y nadie fue condenado ...
 http://www.clarin.com/policiales/Proteccion-prostibulos_0_754124713.html