L.A.I.A. es una organización sin ánimo de lucro, que busca mejorar la comunidad creando espacios para la expresión y el entendimiento en las distintas ciudades con mayor diversidad étnica y cultural del mundo, creemos en la importancia de la integración para el crecimiento del individuo, la familia y la comunidad; y el Arte y la Cultura son los medios perfectos para lograrlo.
POR GENTILEZA DE UNA GRAN AMIGA Y MEJOR MUJER, MÓNICA IVULICH, ESTAMOS PRESENTANDO L.A.I.A. ARGENTINA, QUE SE ACOPLA , A LAS SEDES QUE ESTAN TRABAJANDO EN LATINOAMÉRICA Y EUROPA - ( en EEUU CLIKEA EN :http://jurukan.wixsite.com/laia ), O Latin American Intercultural Alliance EN FACE BOOCK, PARA VER LA DE ESPAÑA CLIKEA : Laiaes España Intercultural )
"Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen."( Mónica Ivulich)
UNION, TOLERANCIA Y PAZ
AGRADECEMOS A LA SRA. GRABRIELA ARIAS URIBURU POR ACEPTAR EL MADRINAZGO DE ESTA SEDE ARGENTINA!
FUNDADORA DE L.A.I.A. ARG . SRA. MARTA RODRIGUEZ
15-5937-0502
TODAS LAS RAZAS, TODOS LOS CREDOS...
coronavirus 2020
domingo, 31 de mayo de 2015
viernes, 29 de mayo de 2015
TALLERES!!! APROVECHALOS!!
Prof. Luisa Soto
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Grupos reducidos.Zona: entre Flores y Villa del Parque.
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Alejandro Bracchi
Taller de teatro de títeres y teatro de objetos
Cursos anuales sobre diseño y realización e interpretación. Seminarios. Talleres de investigación.
Tel.: 4635-0378
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Prof. María Drach
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Profesorado 2015
Capital Federal: Balvanera (Once)
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ALQUILER DE SALA
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Los Cursos y Workshops de meditación que ofrece el Centro Sri Chinmoy son gratuitos, siendo la única paga el clamor interno sincero del buscador. Aprenda a meditar
¿Necesitas felicidad?
Haz tan sólo tres cosas entonces:
Medita regularmente.
Sonríe con toda el alma.
Ama incansablemente.
El Centro Sri Chinmoy Argentina en Buenos Aires
Sri Chinmoy nace el 27 de agosto de 1931 en la pequeña aldea de Shakpura, en Bengala Oriental, actual Bangladesh. Pasa la mayor parte de su infancia y juventud en una comunidad espiritual en el Sur de la India donde tiene oportunidad de asimilar las raíces de la sabiduría oriental y occidental como también desarrollar su propia visión interna y dedicación por un mundo mejor.
En su vida cotidiana se destaca por una intensa práctica de la meditación –más de ocho horas diarias-, redacción y traducción de obras literarias y participación en los deportes –especialmente la carrera de 100 metros llanos y el decatlón.
Siguiendo un llamado interior, vino a occidente el 13 de abril de 1964 residiendo en la ciudad de Nueva York hasta el 11 de octubre de 2007, fecha de su fallecimiento.
El Centro Sri Chinmoy es una comunidad internacional de todos los ámbitos que sigue las enseñanzas de Sri Chinmoy, una combinación de meditación y servicio comunitario. A través de la meditación, esperamos ganar paz interna. A través del servicio a la humanidad, esperamos contribuir a la armonía mundial, y juntos crear un mundo mejor para todos.
ENTRA http://www.buenosairesmeditacion.com/
dona VIDA!!!
"El 30 de mayo se conmemora el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos. Esta fecha se eligió porque fue el día en que nació el hijo de la primer paciente trasplantada de hígado, en un hospital público en nuestro país (Hospital Argerich). Este hecho muestra como es posible vivir y dar vida después de un trasplante. En nuestro país hay más de 7.000 personas esperando un órgano o tejido para vivir o mejorar su calidad de vida (Incucai.gov.ar). En lo que va del año han sido donantes 232 personas y se han realizado 518 trasplantes. Si bien cada año se trabaja en concientizar a la población para generar una cultura de donación activa, la desproporción está a la vista. Donar es consolidar la vida en todos sus aspectos. Un donante puede dar vida, prolongar la vida y mejorar la calidad de vida de muchas personas que esperan y esperan, en esa lista casi interminable."
jueves, 28 de mayo de 2015
Los efectos insospechados del yoga El yoga genera una inminente tendencia a la felicidad
- No es por pura moda espiritual que se cree que el yoga es “la panacea”. Resulta que tiene más de 5000 años. En la antigüedad, los sabios de lo que es hoy la India, crearon un sistema para el desarrollo del ser humano que aumentara el bienestar físico, enfocara la mente y elevara el espíritu.
- Ya sabemos que el yoga aumenta la flexibilidad y el equilibrio, favorece la fortaleza de los músculos, eleva el nivel de energía, desintoxica y favorece el buen funcionamiento de los órganos internos. Sentimos, muchos por primera vez, que todo en nuestro cuerpo funciona como deber ser. Estamos más sintonizados con sus necesidades, su lenguaje y sus ritmos. De pronto nos parece que es una máquina fantástica. Hasta que nos damos cuenta de que todo ha cambiado, desde cada célula de tu ser físico, hasta tu propósito de vida.
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Borra todas las imperfecciones. Detiene el paso del tiempo en días.
- Cuando la mente se aclara y tomamos conciencia de que somos un cuerpo físico y unos cuerpos energéticos, pero en esencia, un corazón lleno de sabiduría. Empezamos a conocernos a nosotros mismos. Encontramos sincronía entre todo nuestro ser, entendermos nuestra mente y la volvemos nuestra amiga, empezamos a sanar y a reencontrar el silencio donde tocamos la dulzura de la vida. Ahí, donde simplemente somos. Entonces, sin saberlo, nos encontramos con algo asombroso: nuestra alma. El despertar espiritual es donde sucede el más impresionante cambio en el yoga.
- Nos percatamos de que somos parte de un universo eterno e infinito. De que todo es como debe ser porque hay una inteligencia universal. Los temores y el sufrimiento están en la mente, en el “yo” que nos hace creer que se pierde o se gana, que debes ser o tener. Entonces soltamos y fluimos, siempre abiertos a dejar que sea, siempre en este instante, que es todo lo que existe. Pero a la vez actuamos para crecer, porque tenemos la responsabilidad de nuestro destino y una misión universal. Este paso por la tierra te resultará emocionante y lleno de significado.
- La conciencia nos da el poder de sanar nuestro cuerpo, de liberarnos de condicionamientos, de enamorarnos de la vida y de encontrarnos con la expresión de nuestro ser más elevada y verdadera. Cada respiración del yoga suelta un nudo que nos aprisiona. De pronto, encontrarás un enorme placer de estar vivo. Serás más feliz con menos (menos heridas, menos apegos, menos condicionamientos). Y lo mejor, es que sabes que trasciende cualquier circunstancias y que es más grande que la vida. Tu alma es eterna.
- Por sus maravillosos efectos conocidos y menos conocidos, el yoga generará en ti, como ha hecho también en mí y en millones de seres humanos durante siglos, una ineludible tendencia a la felicidad. Lo digo con base en mi propia experiencia, ahora que salgo de una linda sesión de asanas y meditación, con el corazón palpitante de alegría para contagiarte.
- -Te gustará lo que ves en el espejo
- -Estarás más joven de cuerpo y espíritu
- -Tendrás más autoconfianza y conexión con tu poder personal
- -¡Te sentirás más sexy! El yoga eleva el deseo sexual
- -Dormirás mejor y tendrás mucha vitalidad
- -Sentirás que danzas con el universo, porque eres parte de él
- -Reirás más y más fuerte
- -Te nutrirás más saludablemente
- -Los cambios y los retos ya no te quitan la paz: los comprendes
- -Serás tu ser más auténtico, más libre, más bello
- -Todo en la vida será una oportunidad para desarrollarte
- -Dejarás de juzgarte, sentirte culpable o decir “yo debería”; simplemente das lo mejor
- -Podrás expresarte pero mantendrás la mente abierta
- -Los demás serán parte de ti, están conectados
- -Te gustará estar en silencio, donde te reencontrarás contigo
- -Serás más creativo, porque tu alma necesita expansión
- -Sabrás que tu camino en la vida es único, así como tú
- -Soltarás miedos y las cosas dejarán de importarte tanto; sabes que todo está bien
- -Dejarás atrás cualquier vicio porque estarás en perfecto equilibrio
- -Volverás a estar sensible al milagro y al asombro de la vida
- -Estarás más cerca de la naturaleza, que te recargará de energía vital
- -“Depresión” ya no serán parte de tu vocabulario
- -Serás más arriesgado para hacer cambios que te hagan más feliz
- -Soltarás el pasado y no habrá ansiedad del futuro porque estás siempre en el "ahora"
- -Sabrás que tú eliges siempre cómo te sientes
- -Comenzarás a creer que quizás sí hay una sabiduría universal
- -Te abrirás a la vida de par en par y dirás siempre sí
- -Tomarás decisiones con mayor claridad, porque tendrás luz interior
- -Sabrás que siempre ganas, porque tu alma fluye
- -Tendrás tanto amor que darás incondicionalmente
- -Pero, verás que no solo tu visión a cambiado: tu vida mágicamente también, porque te refleja
domingo, 24 de mayo de 2015
lunes, 18 de mayo de 2015
talleres de INTELIGENCIA EMOCIONAL... NO TE LO PIERDAS!!!
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sábado, 16 de mayo de 2015
Ni una menos": crece la campaña para manifestarse contra el femicidio TODOS EL 3 DE JUNIO EN EL CONGRESO A LAS 17 HS - CONVOCAMOS!!
La historia de Chiara Páez, 14 años, embarazada, asesinada y enterrada en el patio de la casa de su novio, fue la gota que desbordó el vaso.
Hace 10 días, otra mujer, Gabriela Parra, fue apuñalada hasta la muerte por un hombre que estaba obsesionado con ella.
Antes fueron Melina Romero, Lola Chomnalez, Angeles Rawson.
En Tucumán, y sólo en lo que va de 2015, pasaron a engrosar la lista sangrienta Cinthia Johana Moyano Trejo, encontrada muerta a la vera de la ruta 157, jurisdicción de Río Colorado, casi desnuda, envuelta en una frazada; Marta "Coty" Díaz, de 25 años, en un terreno baldío de Yerba Buena, a metros de la avenida Solano Vera; Leydi Meneses, de 42 años, cuyo cuerpo estaba dentro de un auto, en un camino de Ranchillos.
A lo largo de 2014, 277 mujeres fueron asesinadas en Argentina, en crímenes vinculados con su condición de mujer. Una cada 30 horas. En siete años, 1.808 fueron asesinadas por violencia sexista en el país. Y las cifras sólo reflejan los casos que se reflejan en los diarios. No cuenta los que no se denuncian, informó La Gaceta.
Campaña contra el maltrato
Esta semana, la maquinaria de las redes sociales se puso en marcha y la indignación se concretó en una llamado a salir a las calles, para reclamar que se ponga un freno a los femicidos.
Esta semana, la maquinaria de las redes sociales se puso en marcha y la indignación se concretó en una llamado a salir a las calles, para reclamar que se ponga un freno a los femicidos.
La convocatoria es el 3 de junio, bajo la consigna "Ni una menos" y "Basta de femicidios".
En Buenos Aires, se reunirán frente al Congreso de la Nación, a las 17.
En Tucumán, la convocatoria partirá desde la Plaza Yrigoyen hacia la Plaza Independencia, en un horario a confirmar.
Además, dijo Vicky Disatnik, de la "Casa del Encuentro", se reclamará por la aplicación de unaLey de Emergencia para frenar la violencia de género, que implica la apertura de refugios para mujeres golpeadas, la creación de fiscalías de familia especialmente preparadas para tratar estos casos, la capacitación a quienes deben recibir las denuncias (en la Policía, en la Justicia y en los centros de salud), y la asignación de presupuesto para poder concretar todos estos pedidos.
La iniciativa busca concientización y el pedido desesperado de un freno a estas muertes y a todo tipo de violencia de género.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Personas víricas (tóxicas) que consumen energía
Llegan, nos contagian sus emociones negativas y nos dejan sin fuerzas.
Defenderse y protegerse de este tipo de personas es una obligación.
Parar los pies a los víricos victimistas no es abandonarles sino invitarles a tomar las riendas.
Ponga una tormenta en su vida
La hora del hemisferio derecho. El arte de improvisar
Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”.
Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su monotema, por lo general con temática “desgracia”.
La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.
¿Quiénes son las personas víricas? Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.
El origen de la persona vírica puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto. Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.
Víricos pasivos.
En esta categoría incluyo a los victimistas, los que echan la culpa de todo su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables de lo malo que les ocurre porque son los demás o las circunstancias los que provocan su malestar. Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que los victimistas no tienen. Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a obtener la atención a través de la queja y eso es cómodo. Se sienten maltratados por la vida y abandonados de la suerte. Por supuesto, le hacen sentir mal a quien no les presta la atención de la que se creen merecedores. Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía.“Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien” (Víctor Hugo)
Víricos caraduras.
Son los que siempre le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades. No mantienen relaciones bidireccionales en las que entreguen tanto como reciben.
Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional.
Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.
Víricos criticones. Viven de vivir la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas.
No saben competir si no es destruyendo al otro. Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica. Y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.
Víricos con mala idea.
Manténgalos bien lejos.
Están resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado.
Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas.
Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención.
Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas actitudes de superación les ningunean todavía más. Con estas personas sufrirá el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.
Víricos psicópatas.
Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal. De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima. Ante ellos, salga corriendo, porque el que lo hace una vez, repite. Si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece. Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria.
Mecanismos de defensa. Para evitar el contagio de los víricos victimistas, lo primero que hay que hacer es pararles.
Decirles que estará para ayudarles a tomar decisiones y solucionar problemas, pero no para ser el pañuelo en el que ahogan sus penas sin implicarse. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse y actuar porque optan por el camino fácil: llorar.
Dígale que estará encantado de ayudarle siempre y cuando se movilice. Y si no lo hace, decida alejarse de alguien que ha tomado la decisión de ser un parásito toda la vida. No lo está abandonando, le está dando aliento para que actúe. Si decide no tomar las riendas de su vida, ser su paño de lágrimas, tampoco será una ayuda. Se gasta la misma energía quejándose que buscando soluciones. La primera opción consume y resta, y la segunda suma.
“La tristeza del alma puede matarte mucho más rápido que una bacteria” (John. E. Steinbeck)
Ante el virus de pedir, el antivirus de decir no. Si usted no hace prevalecer sus necesidades y prioridades, ellos tampoco lo harán. Una cosa es ser solidario y otra muy distinta estar a disposición de todos y no estar nunca para uno mismo.
No permita que la persona vírica criticona haga juicios de otras personas que no estén presentes. Si lo hace con otros, también lo hará cuando usted no esté presente.
No entre en su juego ni se identifique con esa conducta. Dígale que no le gusta hablar de personas que no están presentes. Y si se trata de rumores, dígale que no tiene la certeza de que el rumor sea cierto. Los rumores, la mayoría de las veces, son infundados, falsos o exagerados. Se propagan como el viento, y a pesar de que luego se compruebe que son falsos, el daño ya está hecho. Actúe como le gustaría que lo hicieran, con respeto, discreción y veracidad. Es más importante ser ético que evitar un conflicto con un criticón.
Y por último, no permita que nadie le falte al respeto y mucho menos le maltrate ni psicológica ni físicamente. Como personas, todos merecemos un trato digno. Hágase valer. Pida ayuda, póngase en su sitio, no consienta una segunda oportunidad a quien le ha hecho daño. El que le daña no le quiere; olvídese de justificarle por su pasado, su carácter, su educación, el alcohol o sus problemas.
Nada, absolutamente nada, autoriza la falta de respeto y el maltrato físico y psicológico.
Y esto es válido en el ámbito familiar, laboral y entre los amigos.
Rodéese de personas de bien, que le quieran y que se lo demuestren, que le hagan feliz, con las que salga con las pilas recargadas. Tenemos la obligación de ser felices y disfrutar. Hay mucha gente dispuesta a ello. No las deje escapar. Las personas estamos para ayudarnos, somos un equipo.
TEST: ¿SOY UNA PERSONA TÓXICA PARA LOS DEMÁS?
¿A menudo hago comentarios negativos sobre situaciones de personas de mi entorno? Por ejemplo, creo que esa ropa no te sienta bien.
Cuando me tomo el café con los del trabajo, ¿estamos todo el tiempo hablando de las cosas malas y nunca comentamos temas como que cobramos a final de mes y vivimos de ello?
Cada vez que se avecina un cambio, me cambian de mesa en el trabajo, me tengo que mudar,… ¿lo vivo como algo terrible y me quejo durante semanas?
Si me proponen algo en lo que no había pensado previamente, ¿suelo responder que no estoy de acuerdo?
¿Suelo pedir favores a menudo pero a mi nadie me los pide? Piénsalo un momento, por qué nadie te pedirá que le hagas un favor o tal vez sea que no sabes de las necesidades del otro.
Soy de los que siempre le dan la vuelta a la tortilla para tener razón
Cuando alguien de mi entorno consigue un logro u objetivo siento envidia y no soy capaz de reconocerle ese mérito personalmente. Es pura suerte.
Suelo interpretar todo lo que te ocurre o lo que dice la gente de forma negativa
¿Alguna vez te has encontrado agrediendo verbalmente a alguien sin ser consciente? ¿Y físicamente?
Soy de los que sólo llaman a sus amigos para contarles tus problemas
Me siento maltratado por la vida
Soy de los que “recibe” más de lo que “da” de las personas que tengo a mi alrededor
Algunas veces, ¿las personas que están junto a mí se sienten inferiores, menospreciadas y humilladas por mi causa?
No permito que los demás den su opinión o me cuesta escucharla porque en seguida rechazo lo que dicen.
¿La gente de mi entorno tiene que demostrarme constantemente cuánto valen para que les tenga en cuenta?
Pienso anticipadamente que los demás son todos unos interesados que se acercan a mi con dobles intenciones.
Sé quién tiene la culpa de mis problemas y no soy yo.
No pienso en las cosas que digo, sólo las digo y que cada uno se las apañe como pueda.
¿Y qué pasa si la tóxic@ soy yo? Y lo que es peor: ¿y si me intoxico a mí mism@?
Ahora bien, supongamos – me dije – que sí soy tóxica. Supongamos además que intoxico la vida de los demás o por lo menos la de algunos de los que me rodean. En ese caso “ellos” tendrían el trabajo de detectarme como tóxica y dada la situación reacomodarse y ajustar la relación para que no los afecte; o llegado el extremo, dejarme para no “intoxicarse” conmigo. Pero… ¡Yo no puedo alejarme de mí mism@! A menos que además de tóxica quiera volverme loc@. Entonces ¿qué puedo hacer?
Bueno tal vez, y en ese caso, sólo me quede el camino de autodetectar mi nivel de toxicidad, reacomodarme, ajustarme y en la medida que mis fuerzas me permitan ¡liberarme! de mi propia toxicidad.
Pero profundicemos: ¿qué quiere decir toxicidad?, ¿puedo descubrirla en mi?, ¿cómo?, ¿puedo ser objetiva conmigo misma?, o por lo menos ¿autosincerarme?, ¿qué debería buscar?, ¿qué pretendo detectar?, ¿cómo se encuentra?, ¿cómo se mide?, ¿existe alguna fórmula?, ¿o tal vez algún test de toxicidad?, o mejor aún ¿de autotoxicidad?
¡¡¡Qué increíble se volvería el mundo si cada uno de nosotros emprendiera el camino de autodesintoxicarse emocionalmente!!! Ya no sería necesario detectar al tóxico afuera porque, o estaríamos demasiado ocupados autolimpiándonos o ya no habría gente tóxica para identificar!!!
Demasiada utopía Laura… volvé….
Sí, mejor volvamos al punto de inicio que es saber si uno puede ser tóxico para sí mismo.
Ok. Lo primero: ¿cómo lo detecto? Podemos empezar por reconocer:
¿Me quejo todo el día?, ¿Me autocritico en exceso?, ¿Vivo desconforme?, ¿Considero que nada me sale bien?, ¿Echo la culpa de todo a los demás?, ¿Nunca tomo responsabilidad emocional sobre lo que me pasa?, ¿El estrés me domina?, ¿Rezongo por todo?, ¿Nunca me río?, y de mi mismo ¿puedo reírme?, ¿Vivo a la defensiva?, ¿Soy agresivo, hostil o pesimista permanentemente?
Si respondiste que sí a uno o más ítems debes saber amable lector que te estas autointoxicando.
La queja, la crítica, la desconformidad, la inseguridad, el mal humor, el estrés excesivo, el rezongo, la tensión, la agresividad, el pesimismo o cualquier otra emoción negativa se retroalimenta constantemente: es un circuito que empieza con una idea o un pensamiento al que le sumas una emoción, esa emoción activa una respuesta fisiológica y tu cuerpo se puede enfermar. Es un círculo vicioso y por lo tanto tóxico.
Llegados a este punto la pregunta obligada es: ¿qué querés decir Laura? que entonces ¿No debo enojarme cuando algo sale mal o me molesta?, ¿Qué no debo quejarme con la persona que no cumple con sus obligaciones?, ¿Qué a pesar de que estoy tapado de trabajo no debo tensionarme?, ¿O que aunque el tráfico esté imposible no debe estresarme?
No! Nada de todo eso! No se trata de vivir en una especie de utopía de Amor y Paz constante y eterna. Si no que se trata de REGULAR respuestas emocionales. Se trata de responder “adecuadamente”, es decir de cantidad y calidad de energía psíquica, emocional y/o física según los estímulos y las circunstancias te exijan. ¿Muy difícil de entender? A ver si lo puedo decir más fácil:
La tensión, el estrés, la crítica y la autocrítica, la seriedad, el reclamo, la agresividad y el enojo son tan necesarios y valiosos (sí, leíste bien: valiosos) para vivir en sociedad cómo el buen humor, el relax, la aceptación, la risa o la tranquilidad. No se trata de reprimir o eliminar unas en función de otras, sino de regular: es el exceso lo que altera, daña, lastima o incluso enferma.
Una vida, por ejemplo, sin tensión y sin estrés no sólo no es posible sino que no es saludable (en otro artículo trataremos con mayor profundidad el tema de la agresividad necesaria y el estrés saludable). De la misma manera una vida de tensión y estrés permanentes no sólo no debería ser posible, sino que es dañina y esto lo sabemos muy bien.
Lo que a veces no es tan claro, es que el ser humano es un animal altamente ADAPTABLE y si el ambiente así lo exige, tiene la capacidad de moldearse absorbiendo lo que el ambiente le demanda. De esa respuesta adaptativa genera una forma de Ser y Estar, y sin darse cuenta vive en piloto automático: en el piloto automático del estrés, del enojo, del mal humor, de la agresión, de la desconfianza, de la desvalorización o de lo que sea que se haya convertido en su patrón de respuesta habitual.
Por ejemplo, si el patrón de respuesta habitual de una persona es la queja, probablemente encuentre en su entorno oportunidad para lamentarse y entonces su foco estará puesto en encontrar la falla, lo que falta, el error, lo negativo que hay a su alrededor. Y al enfocarse en ello SIEMPRE va a encontrar eso que busca!. Ahora bien, el problema no es encontrar un error, porque siempre hay algo que está alrededor y que necesita ser mejorado; el problema es que SOLO ve el error y no rescata lo positivo y cuando ese polo se vuelve permanente no solo sufre la persona sino que la gente lo identifica como el “quejoso”, como alguien que vive lamentándose, demandando o reclamando todo el tiempo: si llueve porque se moja, si hay sol porque tiene calor, si está nublado porque no sabe que ponerse… y así va todo el día ¡y todos los días!.
Ahora bien, todo este mecanismo es inconsciente. Inconsciente quiere decir que no nos damos cuenta. Sin embargo, tenemos distintos niveles de alarma que nos avisan que algo anda mal. Y esas alarmas son, en un nivel, las mismas emociones que nos intoxican; en otro nivel es el cuerpo que nos habla a través de dolores, enfermedades o malestar y en otro nivel, aún más sutil, son las relaciones interpersonales. Las personas de nuestro entorno muchas veces nos muestran con sus reclamos, sus desaires, su incomprensión o sus exigencias que hay algo que no anda bien.
Si podemos aprender a escuchar a nuestras emociones, a nuestro cuerpo o a nuestro alrededor podemos emprender el proceso de transformación en pos de una mejor calidad de vida para nosotros y para quienes nos rodean. O en otros términos: ¡podemos alcanzar una vida desintoxicada emocionalmente!.
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