Si analizamos y tratamos de averiguar de dónde viene la violencia de género, encontramos con tres aspectos muy interesantes de estudio.
- Naturaleza sociocultural.
Muchas de estas desigualdades han sido no sólo defendidas por la Iglesia, sino también por instituciones incluso por el Estado. (véase el ejemplo de hasta qué año las mujeres no pudieron ejercer su derecho a voto en España: 1931)
- Proceso de socialización.
- Factores individuales.
La VG empieza por actitudes y comportamientos de desigualdad, seguidos de comportamientos confusos que podrían parecer amorosos, pero poco después comienza el abuso emocional, verbal, psicológico y finalmente la violencia física.
Esta escalada de violencia es un proceso lento, desgastador y ascendente, tanto en intensidad como por frecuencia. Es un ciclo cuyo primer escalón es:
- Fase de tensión: en ella aparece el abuso verbal, físico y psicológico. La hostilidad es expresada, pero no explosiva. Se produce entonces una “Guerra de desgaste” donde la mujer, ante ese comportamiento humillante, procura que el marido no se irrite, intentará entonces aplacar esa furia controlando factores externos para que no la llame la atención. Esta etapa puede durar años o incluso no pasar de ella.
- Fase de la violencia: la hostilidad es totalmente descargada. En ese punto la mujer vive un colapso emocional debido a que generalmente no quiere que nadie se entere porque piensa que es ella la que debe solucionarlo. ¿A qué es debido? Al llamado “lavado de cerebro” que el hombre ejerce sobre la mujer. Durante años han vivido juntos y piensa que eso puede formar parte de la pareja o lo defiende alegando: “ha sido un día de trabajo duro”, “Él no suele ser así”.
- Fase de luna de miel: el manipulador utiliza estrategias emocionales para conducir a la mujer hacia el terreno que él quiere. Puede defenderse diciendo: “no quise hacerlo”, “no volverá a pasar”. Así mismo ocurre en esta fase la reconciliación, tanto con regalos como con amor. Con ello reforzará el comportamiento de la mujer de “sumisión” porque piensa que él “se ha dado cuenta” de su error. Sin embargo, tarde o temprano vuelve a haber otro detonante, como un vaso mal puesto o un vestido que no le gusta, y comienza nuevamente el círculo.
Pero… ¿Por qué no hablan? La respuesta es fácil.
- Miedo: la mujer vive continuamente amenazada sobre su vida, tanto en gestos, verbalizaciones, agresiones… así como amenazas sobre sus hijos como con el autosuicidio de la pareja.
- Esperanza de cambio: la mujer espera que el marido cambie desde el amor que le tiene, porque teme haberse equivocado en su elección. Y no sólo eso, sino porque juntos tienen un hogar, unos hijos, todo un pasado. Generalmente toda mujer maltratada piensa que es un tiempo “malo” que están tenido.
- Sentimientos de culpa y vergüenza: siempre se sentirá culpable por haber escogido mal a la persona, por hacer daño a sus hijos y por su familia. Por ello mismo es necesario sentirse culpable para tener esperanza y poder así neutralizar el dolor “si soy culpable tengo voluntad de poder cambiarlo”.
- Soledad: el agresor logrará dejar sola a la mujer, por sus celos y su posesión hacia ella. Y sin nadie a quien recurrir, ¿A dónde ir?
- Permanencia del vínculo afectivo: es el más complicado de romper. Por mucho que la mujer ponga distancia los recuerdos de con quién formó una familia harán que ella acabe volviendo con él por la esperanza de cambio.
- Presencia de hijos menores: con ellos la VG es mucho más complicada. Con ellos la mujer querrá que el marido la maltrate a ella antes que a sus hijos. Desde esta posición los niños varones aprenderán una lección; “Si mi padre lo hace, eso quiere decir que pegar a las mujeres está bien”; mientras que las niñas lo verán desde un papel de sumisión, “Si a mi madre la maltratan, quiere decir que nosotras debemos aceptarlo”. Distinto a lo que ocurriera en la adolescencia, donde tanto niños como niñas lo verían desde un punto de rebeldía y de cambiar las normas.
- Dificultad para presentar pruebas: porque el maltrato psicológico es complicado de observar.
- Permanecen en la relación 10 años por término medio.
- Entre un 60-80% continúan con la pareja.
- Sólo el 10% denuncia las agresiones.
- Un 60% vuelven con la pareja.
- Un 56% de mujeres maltratadas tienen entre 21 y 40 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario