COMO SERÁN PUBLICADOS PROXIMAMENTE LAS OBRAS DE TODOS LOS LOS FINALISTAS Y DE LA GANADORA, SOLO LES DEJAMOS LAS GANAS QUE LO COMPREN Y LEAN A ESTA MÁGNIFICA AUTORA , QUE ESPERAMOS PRONTO SEA PROFESIONAL Y CÉLEBRE!!!
SON las diez de la mañana.
Hace dos horas que espero, en soledad absoluta, que un desconocido de
traje pulcro y luctuoso (también conocido como juez federal), me entregué con
displicente gesto adusto, la verdad.
Sólo la verdad.
Desde la ventana puedo ver como transcurren los minutos, lentamente;
puedo distinguir el paso del tiempo en el vuelo de un gorrión, en el
desvanecimiento involuntario de una nube, en el andar frenético de la
muchedumbre citadina.
Sin previo aviso, alguien pronuncia mi nombre con voz áspera y poco
amable; me sorprende pero no lo demuestro, no quiero que mi nerviosismo sea
evidente.
Mi vida está a punto de cambiar.
El Café de la Paloma
ERA muy temprano, casi de madrugada; el albor de un moroso día cálido de
fines de mayo que prometía temperaturas record para esa época del año,
despuntaba silencioso en el horizonte. El sol acababa de asomar por completo
tras los esbeltos edificios y la gente comenzaba a desfilar con paso soñoliento
por las calles. Un dejo de temor se reflejaba en sus movimientos, eran tiempos
difíciles.
Era el 23 de Mayo del año 1978. Mi padre acababa de arribar al país. El
taxi que lo había transportado desde el aeropuerto, se estacionó con un
estruendoso chirrido frente al Obelisco y su conductor le escupió la tarifa en
los oídos como si fuera un insulto. ¿Libras? ¿Dólares? ¿Se los aceptaría? “¿Dólares?”
No era dinero. “¿Libras esterlinas?” ¿Qué significaba eso? Después de buscar
hasta en el último indecoroso orificio de cada bolsillo de su ropa, mi padre
recordó que un compañero del diario le había dado algunos pesos ley (la moneda
vigente en el país por aquellos tiempos), para que usara en caso de emergencia.
Y él los había arrugado como bolitas y los había guardado… ¿dónde? ¡En el
bolsillo lateral de su bolso de viaje! ¡Sí! Allí estaban… gracias a Dios. El
hombre le recibió los billetes casi con desprecio, le arrojó dos monedas por el
aire a modo de cambio y desapareció de su vista antes de que ni siquiera
pudiera parpadear.
Así, mi padre llegó a la
Argentina....
SIGUE HERMOSO Y EN REALIDAD ACTUAL PARA NOSOTROS... TODOS LOS ARGENTINOS....
FIJATE LA FECHA Y... PASARON COSAS....
COLOCAMOS UNA IMAGEN QUE NO ES LA ELEGIDA POR LA AUTORA NI POR LA EDITORIAL... ES ELEGIDA POR NOSOTROS PARA ILUSTRAR LA NOTA....
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