Los casos de Florencia Penacchi y María Cash, las jóvenes
desaparecidas hace ocho y dos años en la Capital y en Jujuy, respectivamente, de
quienes nada más se supo, son apenas la punta visible de un iceberg inquietante.
En la Argentina, por lo menos, 56 mujeres de entre 18 y 39 años permanecen
perdidas y su paradero, sumido en un misterio absoluto. Tanto, que los
organismos estatales, los grupos de la sociedad civil y los familiares que las
buscan ni siquiera lograron determinar si aún viven y dónde.
La información surge de la base de datos de la ONG Personas Perdidas, lanzada
en 2005 por Juan Carr, también creador de
la Red Solidaria y Missing Children. Se trata de
mujeres que habitaban en los más diversos rincones del país y pertenecían a
diferentes extractos sociales. Sólo las une haberse convertido voluntaria o
involuntariamente en personas inhallables.Si bien un puñado de ellas desaparecieron antes, la mayoría "se perdieron" sin dejar rastros entre 2005 y la actualidad. De las 56, además, 20 tienen entre 18 y 21 años. Una de las principales sospechas que suele rodear estos casos es que las chicas hayan sido víctimas de redes de trata de personas, y permanezcan cautivas de los explotadores o hayan sido asesinadas al intentar huir de ellos.
El ícono de este grupo es Marita Verón, incluida en la lista de Personas Perdidas ( www.personasperdidas.org.ar ), que desapareció en abril de 2002 en Tucumán, cuando tenía 23 años. En diciembre pasado, 13 acusados por el secuestro y desaparición de la joven fueron absueltos por la Justicia. Durante la larga investigación y el proceso judicial, jamás fue revelado el paradero de la mujer.
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