¿Realmente nunca es tarde para aprender?
¿O más bien “perro viejo no aprende nuevos trucos"? Hay adultos poniendo a prueba estos mitos: lo que es seguro es que representa un desafío desde el punto de vista físico y mental.
cen que la juventud se desperdicia en los jóvenes. Cuando miro hacia atrás y recuerdo cómo peleé para no tomar clases de piano y lo rápido que me di por vencida, la rabia me carcome por dentro. ¿Por qué, por qué no practiqué cuando tuve la oportunidad?
¿Y por qué me encuentro en mis treinta años sufriendo la mortificación de aprender a tocar el piano nuevamente, sintiéndome miserable al escuchar la diferencia entre cómo quiero que algo suene y lo que sucede cuando toco?
El único consuelo es saber que no estoy sola. El editor del diario británico The Guardian, Alan Rusbridger, escribió recientemente el hermoso libro "Tócalo de nuevo: un aficionado contra lo imposible" en el que explora el año que pasó aprendiendo a interpretar la balada No. 1 de Chopin, a la edad de 56 años.
Y él es apenas uno de los muchos prominentes pianistas aficionados, incluido el actor Simon Russell Beale y al exministro británico del Tesoro Ed Balls, a quienes los persuadieron para que tocaran Kinderszenen de Schumann (Escenas de la niñez) en un concierto en vivo en Londres, el año pasado.
¿Ávidos de castigo?...
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