L.A.I.A. es una organización sin ánimo de lucro, que busca mejorar la comunidad creando espacios para la expresión y el entendimiento en las distintas ciudades con mayor diversidad étnica y cultural del mundo, creemos en la importancia de la integración para el crecimiento del individuo, la familia y la comunidad; y el Arte y la Cultura son los medios perfectos para lograrlo.

POR GENTILEZA DE UNA GRAN AMIGA Y MEJOR MUJER, MÓNICA IVULICH, ESTAMOS PRESENTANDO L.A.I.A. ARGENTINA, QUE SE ACOPLA , A LAS SEDES QUE ESTAN TRABAJANDO EN LATINOAMÉRICA Y EUROPA
- ( en EEUU CLIKEA EN :http://jurukan.wixsite.com/laia ), O Latin American Intercultural Alliance EN FACE BOOCK, PARA VER LA DE ESPAÑA CLIKEA : Laiaes España Intercultural )





"Cuando las cabezas de las mujeres se juntan alrededor de “un fuego”, nacen fuerzas, crecen magias, arden brasas, que gozan, festejan, curan, recomponen, inventan, crean, unen, desunen, entierran, dan vida, rezongan, se conduelen."( Mónica Ivulich)

UNION, TOLERANCIA Y PAZ

AGRADECEMOS A LA SRA. GRABRIELA ARIAS URIBURU POR ACEPTAR EL MADRINAZGO DE ESTA SEDE ARGENTINA!



FUNDADORA DE L.A.I.A. ARG . SRA. MARTA RODRIGUEZ
15-5937-0502

TODAS LAS RAZAS, TODOS LOS CREDOS...

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sábado, 11 de agosto de 2012

MENTE FRESCA!

Demasiadas veces se relaciona la vejez con la pérdida de facultades
mentales. Pero especialistas en el funcionamiento del cerebro como
Tony Buzan aseguran que no tiene por qué ser así.

Las monjas de Mankato

“Una mente perezosa es el taller del diablo” (Proverbios)

En su manual Tu cerebro más joven, Tony Buzan pone como ejemplo de
longevidad intelectual una comunidad de monjas de un recóndito lugar
de Minnesota (EE UU) llamado Mankato. Desde hace tiempo interesa a los
investigadores del envejecimiento cerebral, ya que muchas de estas
mujeres superan los 90 años y hay una cuantas centenarias, la mayor
parte de ellas con una asombrosa agilidad mental.
Una monja de esta comunidad, Marcella Zachman, fue portada de la
revista Life porque impartió clases hasta los 97 años. Otra hermana,
Mary Esther Boor, no se jubiló de su trabajo hasta los 99 años.
El profesor David Snowdon, de la Universidad de Kentucky, investigó
por qué entre estas mujeres hay un índice de demencia senil y otras
enfermedades mentales muy inferior a la media. La respuesta es que las
monjas de Mankato hacen todo lo posible para mantener la mente ocupada
en su vida cotidiana.
Compiten en concursos, resuelven pasatiempos y mantienen debates,
además de escribir en sus publicaciones, dirigir seminarios y dar
clases. Según Snowdon, el estímulo diario revitaliza los conectores
del cerebro, que tienden a atrofiarse con la edad, haciendo que se
ramifiquen y creen nuevos vínculos.
Estudiosos del cerebro humano han demostrado que la red neuronal del
cerebro nunca es la misma, ya que, dependiendo de nuestra actividad,
fortalecemos unas conexiones a la vez que debilitamos otras. Cada
experiencia enciende su propio patrón de neuronas, por lo que el mapa
cerebral cambia sin cesar.
Ésa es la buena noticia: puesto que el buen estado de los circuitos
del cerebro depende de lo que hacemos con él, podemos evitar la
pérdida de facultades mentales tonificando nuestra materia gris con
retos y estímulos de calidad.

 La regla de las 10.000 horas

“Lleva mucho tiempo llegar a ser joven” (Pablo Picasso)
En un libro del que se ha hablado mucho recientemente, Fueras de
serie, Malcolm Gladwell postula la regla de las 10.000 horas. Según
las estadísticas recogidas por el autor, es el tiempo que necesita
aplicarse a una misma actividad cualquier persona para alcanzar la
maestría.
Contrariamente a lo que se cree, el cerebro de un genio no es
diferente del de alguien común y corriente, tal como se comprobó en la
disección del de Einstein. Todos tenemos más talento para unas
disciplinas que para otras, pero lo que distingue a la persona
brillante del resto son esas 10.000 horas que ha dedicado a una misma
cosa, sea el violín, la informática o la gestión de un negocio.
Esta regla también se aplica al rendimiento del cerebro. Según los
neurólogos, cuando lo mantenemos ocupado a través de la lectura, la
creación artística o el juego, aumenta la llamada memoria automática,
que es la que nos permite hacer cosas sin pensar en ellas.
Es el caso del ajedrecista que, en los primeros compases de la
partida, mueve sus piezas sin tener que cavilar. O el de un pianista
de nivel que interpreta una compleja partitura mientras habla con
alguien. Su esfuerzo y constancia les han procurado un seguro de vida
para sus facultades intelectuales, que operan incluso sin que
intervenga la conciencia.
Algunos ejemplos de que la agilidad mental no está reñida con la edad
fueron Miguel Ángel, que dio luz a sus mejores obras de los 60 a los
89 años, hasta su último día de vida. Goethe terminó su obra maestra
Fausto a los 82 años.
Su secreto tiene dos ingredientes básicos: trabajo e ilusión.

Las 7 claves de un cerebro joven

“Envejecer es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy
ocupados” (André Maurois)

Como no todo el mundo tiene tiempo o ganas de escribir novelas o de
tocar el violín, vamos a ver las claves para mantener el cerebro joven
a cualquier edad.
Según el divulgador William Speed, hay siete cosas que todo el mundo
debería hacer para que su centro de operaciones no  vea menguado su
rendimiento:
1. Ejercicio. Según los especialistas en terapias anti-edad, el mejor
tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejoran
el ritmo cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un
cerebro bien irrigado mantiene en buen estado las conexiones entre las
neuronas, que son esenciales para el pensamiento. Por tanto, el
ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido
cerebral, evitando que se deteriore.
2. Buena alimentación. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes
–frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde– no sólo ayuda a
prevenir el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres
que envejecen el cerebro. Una dieta demasiado grasa, además, puede
derivar en presión arterial alta, diabetes, obesidad o colesterol, los
cuales dificultan el riego sanguíneo también en el cerebro.
3. Aprender siempre.  Aunque nuestra materia gris empieza a envejecer
a los 30 años, un aprendizaje constante permite mantener la agilidad.
Para ello debemos procurar a la mente ejercicios y nuevos desafíos.
4. Mantener la calma. Jeansok Kim, un investigador de la Universidad
de Washington, asegura "que el estrés puede dañar los procesos
cognitivos como el aprendizaje y la memoria". En especial, el estrés
crónico debilita la región del cerebro denominada hipocampo, donde se
forma y consolida la memoria.
5. Dormir suficiente. Un estudio llevado a cabo en Harvard con
estudiantes de matemáticas demostró que un buen descanso nocturno
duplicaba la capacidad de los participantes para resolver problemas
planteados el día antes. Esto se debe a que, mientras dormimos, el
cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de sintetizar lo que ha
aprendido con anterioridad. La expresión “voy a consultarlo con la
almohada” tiene, por tanto, mucho sentido.
6. Reír. El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y
neurotransmisor que nos hace “sentir bien”. La risa nos ayuda a
relativizar nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra
mente se ancle.
7. Aprovechar la experiencia. Lo bueno de hacerse mayor es que
atesoramos un archivo con millones de situaciones que nos proporcionan
criterio. Esta información podemos aprovecharla para afrontar
problemas –nuestros o de otras personas– para los que una persona
joven no está preparada.
Juegos para el cerebro.

“Los seres humanos no dejan de jugar porque envejecen;  y envejecen
porque dejan de jugar” (Oliver Wendell Holmes).

En las farmacias se venden sofisticados complementos vitamínicos para
nutrir nuestro músculo pensante, y las tiendas de productos naturales
recomiendan ginseng para la vitalidad y gingko biloba para reforzar la
memoria. Sin embargo, la mayoría de especialistas coinciden en que el
juego es el protector número uno de las facultades mentales. La
terapeuta Amber Hensley aconseja incorporar a nuestra rutina diaria
alguna de estas actividades para mantener bien lubricada nuestra red
neuronal:
• Juegos de mesa como el ajedrez, las damas, el dominó o las cartas,
incluyendo los solitarios.
• Rompe cabezas, mecanos y otros juegos de construcción.
• Crucigramas, sudokus o cualquier pasatiempo.
Para los que se aburren con esta clase de pasatiempos, aprender un
idioma es una excelente manera de engrasar todos nuestros circuitos
cerebrales, ya que implica ejercitar la memoria, entender nuevas
estructuras y sintetizar reglas gramaticales.
Por supuesto, dos actividades como leer y escribir también resultan
una gimnasia mental de primer orden, al igual que aprender a tocar
algún instrumento musical.
Una actitud optimista será el complemento imprescindible para que
nuestro cerebro sea un generador de creatividad en lugar de un pozo de
lamentos.
Alimentar la curiosidad y celebrar cada día que pasamos en el mundo es
todo lo que hace falta para no retirarnos nunca del lado soleado de la
vida..
Como reza un proverbio irlandés,

“nunca lamentes que te estás haciendo viejo, porque a muchos les ha
sido negado este privilegio”.


Para mantener la mente fresca.

1. Libros
– ‘Tu cerebro más joven’, Tony Buzan (Urano).
– ‘Fueras de serie’, Malcolm Gladwell (Taurus).

2. Películas
– ‘Ahora o nunca’, Rob Reiner (Warner Home).
– ‘Space cowboys’, Clint Eastwood (Warner Home).

3. Discos
– ‘At my age’, Nick Lowe (Proper Records).
– ‘Buena Vista Social Club’, Ry Coder (World Circuit).

“La única forma de mantenerse joven mentalmente es no dejar nunca de jugar.
Independientemente de la edad, debemos vivir como si estuviéramos
poniendo a prueba el mundo, es decir, seguir siendo niños. Cuando
observamos a grandes artistas como Matisse, Picasso o Miró, entendemos
que en esencia continuaron haciendo lo mismo que en su infancia:
jugar, divertirse, ponerse nuevos retos. Mantener la ilusión cada día
y no renunciar a los valores de la infancia es el elixir de la
juventud. También para el cerebro, pues en cuanto empiezas a pensar
como un viejo ya has perdido la batalla. Por eso es bueno que los
abuelos estén cerca de sus nietos y les vean jugar e imaginar. Los
niños son nuestros mejores maestros” (Gerard Rosés, pintor).

"Nada en esta vida es producto de la coincidencia o de la casualidad,
lo que hagamos en este mundo, mientras la materia del cuerpo tenga
vida, tendrá repercusiones en la eternidad de nuestro espíritu."

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