Este texto es un fragmento del libro "Paz, amor y autocuración" del Dr. Bernie S. Siegel
CÓMO SEGUIR ESTANDO BIEN (O CÓMO MEJORAR, SI EN ESTE MOMENTO ESTÁ ENFERMO)
1. Haga cosas que le den una sensación de plenitud, júbilo y sentido, que confirmen su valor. Vea su vida como su propia creación, y esfuércese por hacerla positiva.
2. Préstese, afectuosamente, mucha atención a sí mismo; sintonice con sus necesidades en todos los niveles. Cuídese, es decir, nútrase, apóyese y estimúlese usted mismo.
3. Libere todas las emociones negativas: resentimiento, envidia, miedo, tristeza, enojo. Exprese adecuadamente sus sentimientos; no se aferre a ellos. Y perdónese.
4. Fíjese mentalmente imágenes y objetivos positivos, cuadros de lo que verdaderamente quiere lograr en su vida. Cuando aparezcan imágenes inquietantes, vuelva a concentrarse en las que le despiertan sentimientos de paz y júbilo.
5. Ámese a sí mismo, y ame a los demás. Haga del amor el propósito y la principal expresión de su vida.
6. Establezca relaciones gratas, afables, sinceras, que dejen margen a la expresión y al cumplimiento de sus necesidades de intimidad y seguridad. Procure sanar las heridas de relaciones pasadas (antiguos amantes, hermanos, padres...)
7. Haga una contribución positiva a su comunidad, mediante alguna forma de trabajo o de servicio que usted valore, y que además disfrute haciendo.
8. Comprométase con la salud y el bienestar, y cultive su fe en la posibilidad de una salud total.
9. Acéptese y acepte todo lo que hay en su vida como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Sea agradecido. Cuando sienta que se ha comportado mal, perdónese, aprenda todo lo que pueda de la experiencia, y después siga adelante.
10. Conserve el sentido del humor.
COMO PONERSE ENFERMO
1. No preste atención a su cuerpo. Coma mucha comida insana, beba demasiado, consuma drogas. Si está cansado y sometido a estrés, no haga caso de ello y siga forzando sus límites.
2. Cultive la vivencia de una vida sin sentido y de muy escaso valor.
3. Haga cosas que no le gustan y evite las que realmente desea hacer. Siga las opiniones y los consejos de todo el mundo, mientras usted continúa considerándose un desdichado en un situación "sin salida".
4. Muéstrese muy resentido e hipercrítico, especialmente consigo mismo.
5. Llénese la cabeza de imágenes horrorosas, y después obsesiónese con ellas. Preocúpese, si no puede todo el tiempo, al menos la mayor parte de él.
6. Evite las relaciones íntimas profundas y duraderas.
7. Eche a los demás la culpa de todos sus problemas.
8. No exprese abierta y sinceramente sus opiniones ni sus puntos de vista. Los demás no se lo agradecerían. Si es posible, no se entere siquiera de cuales son sus sentimientos.
9. Evite todo aquello que se parezca a sentido del humor. ¡La vida no es cosa de risa!
10. Evite todo cambio que pueda aportarle más satisfacción y alegría.
COMO EMPEORAR (SI YA ESTÁ ENFERMO)
1. Piense en todas las cosas espantosas que podrían sucederle, regodeándose en imágenes negativas y sobrecogedoras.
2. Deprímase, compadézcase de sí mismo continuamente, llénese de envidia y de cólera. Eche la culpa de su enfermedad a todo y a todos.
3. Lea artículos, libros y periódicos, vea programas de televisión y escuche a personas que refuercen su convicción de que "no hay esperanza". Usted no puede modificar su destino.
4. Apártese de todo el mundo. Siéntase como un paria, y enciérrese en su habitación a esperar la muerte.
5. Aborrézcase por haber destruido su vida. Recrimínese despiadada e incansablemente.
6. Vaya a ver a un montón de médicos diferentes. Corra de uno a otro, pásese la mitad de su tiempo en salas de espera, reúna montones de opiniones contradictorias e incontables fármacos en fase experimental, y empiece un programa tras otro, sin seguir ninguno hasta el final.
7. Abandone su trabajo, deje totalmente de hacer proyectos, renuncie a todas las actividades que le dan la sensación de tener objetivos y de disfrutar. Vea su vida como algo esencialmente sin sentido y sin futuro.
8. Quéjese de sus síntomas, y si se relaciona con alguien, elija exclusivamente a otras persona desdichadas y amargadas, para reforzarse mutuamente sus sentimientos de desesperanza.
9. No se cuide. ¿De qué le va a servir? Procure conseguir que otros se ocupen de usted, y después enójese con ellos porque no lo cuidan bien.
10. Piense en lo terrible que es la vida, y en que lo mismo le daría estar muerto. Pero, para poder sufrir un poco más, asegúrese de estar absolutamente aterrorizado ante la muerte.
1. Piense en todas las cosas espantosas que podrían sucederle, regodeándose en imágenes negativas y sobrecogedoras.
2. Deprímase, compadézcase de sí mismo continuamente, llénese de envidia y de cólera. Eche la culpa de su enfermedad a todo y a todos.
3. Lea artículos, libros y periódicos, vea programas de televisión y escuche a personas que refuercen su convicción de que "no hay esperanza". Usted no puede modificar su destino.
4. Apártese de todo el mundo. Siéntase como un paria, y enciérrese en su habitación a esperar la muerte.
5. Aborrézcase por haber destruido su vida. Recrimínese despiadada e incansablemente.
6. Vaya a ver a un montón de médicos diferentes. Corra de uno a otro, pásese la mitad de su tiempo en salas de espera, reúna montones de opiniones contradictorias e incontables fármacos en fase experimental, y empiece un programa tras otro, sin seguir ninguno hasta el final.
7. Abandone su trabajo, deje totalmente de hacer proyectos, renuncie a todas las actividades que le dan la sensación de tener objetivos y de disfrutar. Vea su vida como algo esencialmente sin sentido y sin futuro.
8. Quéjese de sus síntomas, y si se relaciona con alguien, elija exclusivamente a otras persona desdichadas y amargadas, para reforzarse mutuamente sus sentimientos de desesperanza.
9. No se cuide. ¿De qué le va a servir? Procure conseguir que otros se ocupen de usted, y después enójese con ellos porque no lo cuidan bien.
10. Piense en lo terrible que es la vida, y en que lo mismo le daría estar muerto. Pero, para poder sufrir un poco más, asegúrese de estar absolutamente aterrorizado ante la muerte.
Mónica Ivulich
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