La mujer en el mundo actual
I
libros publicados, conferencista en Cuba y en el extranjero, la entrevistada dirige el Centro de Estudios de la Arquidiócesis,
institución con más de 15 años de servicio, y su revista
ubica en una posición de privilegio para abordar los distintos aspectos de un tema que integra la realidad hogareña de la familia y
las exigencias de la vida pública.
¿Cuánto se valida o no a la mujer en el mundo contemporáneo?
Creo que convendría completar la formulación de la pregunta diciendo “cuánto se valida a la mujer ´como persona´ en el mundo
contemporáneo”, que es algo distinto, pues tiene que ver con el concepto, variado de acuerdo con las culturas en cuestión, que se
tenga del papel de la mujer. Dejar la pregunta al término “mujer”, ya constituye una distinción que limita la validez de la respuesta a
un segmento de su ser como persona, o sea, ya la pregunta, aunque sin intención de serlo, es determinista por género.
Pienso que vivimos en un mundo concebido por hombres donde se deja un espacio, más o menos grande o importante, a la
mujer, pero que se deja a ella el esfuerzo de insertarse en ese espacio, es decir, “ganarse” el espacio, lo que estará en función de
la “aceptación” de esos esfuerzos por parte de un mundo hecho aún a la medida de los hombres.
Y esto se cumple, infelizmente, en cualquier lugar, ya sea en países llamados civilizados o subdesarrollados, aunque esta
gradación político-social agudice los esfuerzos de inserción de la mujer al mundo que, por derecho, le corresponde.
A veces me sonrío cuando escucho, como un mérito social, el hecho de la igualdad de los hombres y las mujeres, y me
pregunto si para tener el mismo derecho social tiene que existir una igualdad que no hace más que acentuar no sólo la falsedad de
tal igualdad, sino la anulación de un sello de distinción y complementación de la persona humana, es decir, de su proyección
femenina o masculina, ya sea el caso.
Porque la tan manipulada igualdad ¿qué significa verdaderamente? ¿Que la mujer sea igual que el hombre o que el hombre sea
igual que la mujer? Una vez le preguntaron a la poetisa (y recalco “poetisa”, que es la bella palabra castellana que designa a la
poeta mujer, término que es rechazado por el feminismo a ultranza) Dulce María Loynaz sobre este tema y habló también de lo
absurdo de esta “igualdad”. Por todo esto, puedo decir que en el mundo contemporáneo aún no se ha logrado validar justamente el
rol de la mujer, ni ocurrirá así mientras se vea a la mujer como un “hombre incompleto” o “imperfecto” y no como el complemento
exacto de la persona humana.
¿Cuál es el lugar de las mujeres dentro del ámbito
artístico-cultural?
Si la pregunta se hace de manera conceptual, pienso que es
exactamente el mismo que el de los hombres, el derecho a
tenerlo nada tiene que ver con el sexo. Si la pregunta se refiere
más exactamente al lugar que ocupan actualmente, puedo
decir que es extenso e intenso. Aunque en esto hay que decir,
para ser justo, que el terreno no fue tan abrupto y que por
tradición, nunca fue tan “vedado” como otros donde el hombre
ha defendido más su supremacía. Aún en los momentos de
menos ganancia social para las mujeres, siempre fue visto de
modo agradable por los hombres los talentos artísticos y
literarios, sobre todo cuando no resultaba un peligro para la
competencia social y quedaba como una “gracia” natural; baste
recordar las argucias de las que tuvo que valerse Aurora Dupin,
alias George Sand, para imponer su talento en el medio
intelectual del París del siglo XIX, dominado por los hombres,
donde sólo por su “original” disfraz a medias pudo demostrar
que no sólo estaba dotada para ser amante y madre, o sea, el
admitido para paradigma de mujer.
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