Mujeres desfiguradas con ácido se muestran para frenar ataques en Colombia
En el consultorio del cirujano plástico, Gina no pasa inadvertida: en medio de otras que buscan realzar su belleza, ella sólo quiere recomponer su rostro quemado por un ataque con ácido, una forma de violencia contra las mujeres que cada vez suma más víctimas en Colombia.
Gina Potes, de 35 años, espera que esta sea la última cirugía, de 24 que le han practicado en los últimos 15 años. "Cuando veo esas mujeres con cuerpos perfectos buscando tener más busto o reducir la cintura, no entiendo", dice entre resignada e indignada esta espigada trigueña que requiere reconstruir su mentón.
Aunque ya ha logrado recuperar casi totalmente el rostro, aún son evidentes las marcas de ese ataque, que también le alcanzó el pecho.
"Las huellas que deja no son sólo físicas, también son psicológicas", afirma, tras recordar que su primera reacción al verse desfigurada fue encerrarse.
Con el paso del tiempo venció el miedo y salió a buscar trabajo. "Pero nadie me empleaba al verme así", señala Gina que asegura desconocer aún quién o por qué la atacó...
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